Skip to main content

Por sus beneficios el sésamo es una semilla que no puede faltar en tu cocina. Se trata de un pequeño alimento que contiene altas dosis de calcio, ácidos grasos poliinsaturados, fibra y proteínas, entre otros nutrientes.

Las semillas de sésamo aportan muchos minerales, entre los que cuentan el magnesio, zinc, fósforo y potasio. Sin embargo destaca su magnífico aporte en calcio, que es casi el doble de lo que entrega la leche, siendo un alimento fundamental en la dieta de los niños, embarazadas y mujeres luego de la menopausia.

Lee también: Alimentos ricos en calcio

Asimismo son ricas en vitaminas, en especial las del grupo E y B y también aporta ácido fólico, por lo que son muy buenas para mantener la salud de la piel y de los tejidos.

Algunos de los beneficios de las semillas de sésamo son:

– Sus ácidos grasos poliinsaturados ayudan a proteger el sistema cardiovascular.

– El gran aporte de calcio permite prevenir la osteoporosis.

– Sus vitaminas y minerales con poder antioxidante permiten mantener nuestro organismo libre de oxidación y fortalecer el sistema inmunológico.

– Algunos estudios sobre el consumo regular de aceite de semillas de sésamo, indican que puede regular la presión arterial y el nivel de glucosa en personas diabéticas hipertensas.

– La fibra que posee protege las mucosas, con lo que previene la gastritis y la acidez, entre otras.

 

El sésamo se puede consumir como semilla, agregándola a preparaciones como salsas para untar, sopas, guisos o en los batidos, o como aceite, para aliñar las ensaladas o en cualquier otro tipo de receta.

Para aprovechar todas las propiedades del sésamo, debemos abrir las semillas antes de consumirlas, ya que de lo contrario el organismo las expulsa tal y como las comimos. Para moler y abrir las semillas podemos ayudarnos con un mortero, para luego agregarlas a cualquier preparación. Puedes guardarlas en un frasco de vidrio tapado, así puedes almacenarlas durante unos cinco días.

También puedes tostarlas en una sartén sin aceite. Debes estar vigilándolas para que tomen sólo un poco de color. Sabrás cuando estén listas cuando comiencen a saltar. Una vez tostadas y frías las puedes moler.

Pruébalo al desayuno, agregando una cucharadita de sésamo molido a la avena, quínoa o amaranto inflado, más alguna lechada vegetal. Obtendrás toda la energía que necesitas para comenzar el día.

Leave a Reply