Durante estos meses, el frío, el viento y la calefacción pueden convertirse en verdaderos enemigos de nuestra piel, por lo que debemos prestar especial atención para que no se reseque, debilite e incluso comience un proceso de envejecimiento precoz.
El proceso de deterioro de la piel en invierno se produce porque el frío provoca la vasoconstricción de los capilares sanguíneos dificultando la oxigenación de las células de la piel. Lo anterior, hace que se altere la capa hidrolipídica que la protege y reduce la actividad de las glándulas sebáceas.
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La principal recomendación es ingerir más líquido, eso sí evitando aquellas infusiones que contengan cafeína, debido a su efecto diurético. Consumir ácidos grasos como el Omega 3, que se encuentran en el pescado y algunas semillas, también es recomendado para renovar la piel seca.
Algunas de las indicaciones que te permitirán llevar una dieta invernal especial para cuidar tu piel son:
– Toma una taza de té blanco al día, es una de las infusiones que contiene más antioxidantes.
– Idealmente consume una palta diaria, ya que contiene nutrientes esenciales para la piel, además de proteínas de alta calidad y vitaminas A, B, D y E.
– Incorpora semillas a tus alimentos, como las de girasol o de sésamo, las que junto con añadir grasas esenciales a tu dieta, tienen alto contenido de zinc, mineral que mejora el aspecto de la epidermis.
– Consume más fibra. El salvado de avena cumple la labor de agregar fibra a tu dieta y además contiene una actividad antioxidante parecida a la de las frutas y verduras.
– ¡Y por supuesto! Que no falte en tu desayuno un zumo de naranja, frambuesa, granada o kiwi, potentes frutas que nos aportan gran cantidad de vitamina C y bioflavonoides.