Si quieres cuidar tus huesos, sentirte energizado, cuidar tu piel y remineralizar tu cuerpo debes integrar este grano andino que fue venerado por los Incas.
Esta semilla guarda poderosos tesoros medicinales, a pesar de ser muy pequeña en su interior contiene una variedad inigualable de vitaminas y minerales. En Perú fue bautizada como kiwicha y comenzó a cultivarse en América hace más de 7 mil años.
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Esta semilla además entrega al organismo una fuente de proteínas superior a otros cereales. Tanto, que puede satisfacer gran parte de la ración recomendada de proteínas para niños y también puede proveer aproximadamente el 70% de energía de la dieta.
El amaranto favorece el desarrollo mental y estimula la liberación de la hormona del crecimiento, por lo que es recomendable consumirla desde pequeños. Asimismo, es fuente de calcio; 100 gramos de kiwicha contienen el doble de calcio que el mismo volumen de leche, por lo mismo es un alimento ideal para la prevención de la osteoporosis.
Durante mi viaje al Perú, me encantó probar la leche de amaranto en la feria del Cusco, así como también las cocadas con amaranto, el rissoto, las sopas con esta semilla y deliciosos postres.
Si quieren hacer un rissoto de amaranto lo pueden preparar similar al arroz, 1 taza de kiwicha por 2 de agua. Sal de mar, ajo, apio y aceite de oliva. Cuando está listo se mezcla con queso de oveja, champiñones salteados, semillas de sésamo, semillas de maravilla y cebolla.
También pueden agregar kiwicha o amaranto a los guisos de verduras o de legumbres. Y para el desayuno, el amaranto inflado queda exquisito con frutas y lechadas vegetales.
El amaranto se puede encontrar en La Vega, ferias o tiendas saludables como:
amaranto@amarantomundos.cl (Cristina Pizarro productora chilena)
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