La hipertensión es una enfermedad de carácter crónico, que se caracteriza por un aumento de la presión arterial, la que se registra por encima de los valores establecidos como normales.
Es una de las enfermedades más comunes en el mundo. Afecta a más del 20% de los adultos, entre los 40 y los 65 años, y casi al 50% de las personas mayores de 65 años.
Lo más complejo es que se trata de un mal silencioso, ya que se estima que el 30% de las personas que la padecen ni siquiera lo sospechan. No obstante, hay señales que debemos tener en cuenta, como las cefaleas, los mareos, dolor en el pecho, dificultades respiratorias, visión borrosa, sangre de narices y el sudor excesivo.
Existen algunas costumbres que propician que nuestra presión sanguínea aumente y con esto incrementar el riesgo de sufrir accidentes cardiovasculares. Estás son: la alimentación con mucha sal, el sedentarismo y el estrés.
Algunos de los productos que no deben consumir las personas que sufren de hipertensión o que quieran evitarla, son los embutidos, el café, el mate, el té y el tabaco, entre otros.
Entre los alimentos que nos ayudan a combatir la hipertensión están el ajo, por su capacidad como vasodilatador de los capilares y las arterias; el limón, ya que una vez en el estómago neutraliza los ácidos y ayuda a eliminar la rigidez de los vasos sanguíneos y la alcachofa, porque tiene propiedades diuréticas y alto contenido de potasio, lo que permite disminuir la tensión arterial.
Un superalimento que es capaz de ayudar a controlar la presión arterial, es la granada. Diversos estudios han concluido que consumir 500 ml de jugo de esta fruta colabora en mantener la presión arterial en niveles normales. La granada además posee gran cantidad de polifenoles, sustancias naturales que contienen poderosos antioxidantes, y potasio, mineral que ayuda a controlar la presión ya que minimiza los efectos del sodio.
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Se aconseja incluir la granada en una dieta saludable, acompañado de otras frutas y verduras, con la finalidad de regular naturalmente la presión arterial. Esto, junto con mantener un peso adecuado, realizar actividad física al menos tres veces a la semana y mantener una buena salud emocional disminuirán la posibilidad de sufrir una cardiopatía o un accidente cerebrovascular.