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La dieta alcalina parte de la base de que el organismo debe mantener el equilibrio entre la acidez y la alcalinidad, lo que a veces no sucede debido al tipo de alimentación saturada de grasas, harinas refinadas y azúcar. En este plan de alimentación, se debe bajar al mínimo el consumo de alimentos ácidos y aumentar los alcalinos, de modo de regular el pH del organismo y de esta forma ayudarlo a potenciar y fortalecer sus funciones.

Dentro de los alimentos permitidos, ya que contienen alta alcalinidad, están los frutos secos y semillas, vegetales de hojas verdes crudos, lentejas, garbanzos, zanahoria, pepino, palta, apio, pimentón, champiñones y los alimentos bajos en grasas y azúcares. Entre las frutas que se pueden consumir están los cítricos como la naranja, pomelo y limón, evitando aquellas frutas que contengan mucha azúcar. También se puede consumir arroz integral, quínoa, aceite de oliva y de palta, especias como la cúrcuma, jengibre y pimienta negra y té blanco o verde.

En cambio, los alimentos que no se deben consumir o disminuir al mínimo, son el azúcar, las grasas, las carnes rojas y de cerdo (sí se puede consumir una vez a la semana ave o pescado), huevos y cualquier lácteo de origen animal, harinas refinadas, frituras, arroz y pastas blancas, bebidas alcohólicas, gaseosas y café.

Llevando este tipo de alimentación el pH del organismo se mantendría cercano al neutro, lo que a largo plazo colaboraría en mejorar las reacciones químicas del cuerpo y por lo tanto, además de fortalecer el sistema inmune, ayudaría a prevenir el envejecimiento, controlar el peso y energizar. Todo esto, se complementa con la realización de actividad física de alta intensidad, ya que al quemar grasas se está eliminando el depósito de fuentes ácidas.

¿En qué consiste esta dieta? Hay muchas combinaciones que puedes realizar. Ahora te dejaremos algunas opciones.

Desayuno:
a) 1 vaso de jugo verde, realizado en la juguera con 1 manzana, ½ pepino, 1 hoja de repollo y un trozo pequeño de jengibre. Pan de centeno con media palta.
b) 1 vaso de jugo de manzana con apio. Pan pita integral y té verde endulzado con stevia.
c) ½ taza de quínoa inflada con una taza (200 ml) de lechada de almendras y una porción de fruta (kiwi, manzana, pera).

Almuerzo:
a) Ensalada de lentejas con mix de hojas verdes acompañado con un trozo de pechuga de pollo a la plancha.
b) Hummus de garbanzos o arroz integral con una porción de carne blanca (pollo o pavo). Ensalada de apio con un trozo pequeño de palta.
c) Quínoa con vegetales verdes con una porción de pescado.

Cena:
a) Ensalada de mix de hojas verdes y tortilla de acelga.
b) Sopa de verduras o de zapallo y ensalada verde.
c) Zapallitos rellenos con quínoa y ensalada verde.

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